Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales https://janaialz022216.kylieblog.com/39153396/análisis-del-cabezazo-de-zidane-en-la-final-de-2006